Con el paso del tiempo, los matrimonios con sus hijos impusieron la modalidad “nuclear”, tipo “burbuja”, abandonando aquellas hermosas jornadas familiares y ocupándose cada cual de su núcleo familiar, enseñando a los hijos de que la navidad es solo un motivo mas para recibir regalos o dinero, olvidando el verdadero motivo de esta fecha. Hoy, ya no hay tiempo para reunirse más que en Navidad.
Vivimos tiempos de cambios profundos en las relaciones familiares: Está desapareciendo la figura del abuelo o la abuela, que antes vivían en casa y constituían el centro de la reunión de toda la familia; ahora hay que ir a verlos al asilo de ancianos.
Las nuevas figuras del escenario familiar actual son, entre otras: el “tercero”, el “novio” de mamá o la “novia” de papá; el novio esposo o la novia esposa del hijo adolescente que muchas veces se queda a dormir en el mismo dormitorio; la figura del padre ausente o del “esposo de fin de semana”, que se alimenta del nuevo sistema de amor negociado, es decir, la relación de pareja como algo “negociable” y de conveniencia.
Completando este cuadro, muchos hogares tradicionales que sobreviven a los embates de los cambios, son el triste espectáculo de maltratos, abusos, incesto y violencia. Otros permanecen enzarzados en pleitos y disputas, alimentando odios y resentimientos. El hogar dejó de ser para muchos un refugio placentero; perdió esa cualidad de espacio íntimo de tregua y refrigerio. En todo caso es un buen hotel. Las estadísticas anuncian elocuentemente la destrucción de la familia tradicional.
No todo es negativo
Así es mi estimado jóven, queremos recordarte que aunque no se sabe con exactitud la fecha de nacimiento de nuestro Salvador, es el día en que todo el planeta se puso de acuerdo para celebrar su nacimiento, ya que de esa forma nacio la salvacion para la humanidad, te invitamos en ésta navidad a que no dejes parado en la puerta al gran homenajeado, y que lo invites a pasar a tu mesa para compartir la paz y el amor en familia sin importar que haya sobre la mesa.
Así como en este día recordamos el nacimiento del Hijo de Dios que vino a salvar el mundo, también recordamos que este no es simplemente un día en el que encontramos la excusa para cenar juntos, si no que sea la excusa perfecta para fortalecer los lazos de la familia.
Recuperemos en Navidad la esperanza en la familia. Aprendamos a mirar la realidad más allá de los ojos del desengaño y la decepción; a descubrir la estrella de Belén, que persiste en darnos en esta noche su mensaje de amor y belleza.
Así, podemos parafrasear el texto de San Juan 3:16: “Porque de tal manera amó Dios a la familia, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”.
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