¡Bienvenidos!

Bienvenidos al Blog, SoJSembrador

So= Sociedad

J= Jovenes

Sociedad de Jovenes del Sembrador

Estas coordialmete invitado a formar parte de la Sociedad de Jovenes.

Vení y no te pierdas las bendiciones que Dios quiere derramar sobre tu vida ;-)

Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud: antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: "No tengo en ellos contentamiento"; (Eclesiastes 12:1).

Puedes leer y comentar lo que quieras.

Estamos para hacer amigos y divertirnos con los juegos, campamentos y actividades que tengamos: "En todo tiempo ama el amigo y es como un hermano en tiempo de angustia" (Proverbios 17:17)

Te esperamos los sabados en la Iglesia Bautista el Sembrador

No te pierdas la oportunidad de ser bendecido por Dios.

Y si necesitas contactar con nosotros, puedes enviarnos un Correo

lunes, 19 de diciembre de 2011

Navidad en Familia

Hace mucho tiempo existían las familias ampliadas, integradas por los parientes que se reunían y festejaban no solo la Navidad sino que tenían cada semana encuentros llenos de allegría.
Con el paso del tiempo, los matrimonios con sus hijos impusieron la modalidad “nuclear”, tipo “burbuja”, abandonando aquellas hermosas jornadas familiares y ocupándose cada cual de su núcleo familiar, enseñando a los hijos de que la navidad es solo un motivo mas para recibir regalos o dinero, olvidando el verdadero motivo de esta fecha. Hoy, ya no hay tiempo para reunirse más que en Navidad.
Vivimos tiempos de cambios profundos en las relaciones familiares: Está desapareciendo la figura del abuelo o la abuela, que antes vivían en casa y constituían el centro de la reunión de toda la familia; ahora hay que ir a verlos al asilo de ancianos.
Las nuevas figuras del escenario familiar actual son, entre otras: el “tercero”, el “novio” de mamá o la “novia” de papá; el novio esposo o la novia esposa del hijo adolescente que muchas veces se queda a dormir en el mismo dormitorio; la figura del padre ausente o del “esposo de fin de semana”, que se alimenta del nuevo sistema de amor negociado, es decir, la relación de pareja como algo “negociable” y de conveniencia.
Completando este cuadro, muchos hogares tradicionales que sobreviven a los embates de los cambios, son el triste espectáculo de maltratos, abusos, incesto y violencia. Otros permanecen enzarzados en pleitos y disputas, alimentando odios y resentimientos. El hogar dejó de ser para muchos un refugio placentero; perdió esa cualidad de espacio íntimo de tregua y refrigerio. En todo caso es un buen hotel. Las estadísticas anuncian elocuentemente la destrucción de la familia tradicional.

No todo es negativo
Así es mi estimado jóven, queremos recordarte que aunque no se sabe con exactitud la fecha de nacimiento de nuestro Salvador, es el día en que todo el planeta se puso de acuerdo para celebrar su nacimiento, ya que de esa forma nacio la salvacion para la humanidad, te invitamos en ésta navidad a que no dejes parado en la puerta al gran homenajeado, y que lo invites a pasar a tu mesa para compartir la paz y el amor en familia sin importar que haya sobre la mesa.


Así como en este día recordamos el nacimiento del Hijo de Dios que vino a salvar el mundo, también recordamos que este no es simplemente un día en el que encontramos la excusa para cenar juntos, si no que sea la excusa perfecta para fortalecer los lazos de la familia.

 
Recuperemos en Navidad la esperanza en la familia. Aprendamos a mirar la realidad más allá de los ojos del desengaño y la decepción; a descubrir la estrella de Belén, que persiste en darnos en esta noche su mensaje de amor y belleza.
Así, podemos parafrasear el texto de San Juan 3:16: “Porque de tal manera amó Dios a la familia, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”.

Autor: Ricardo Bentancur, Editado por SoJ

...LEER MAS...

martes, 6 de diciembre de 2011

El poder de las palabras

Muchos no lo creen, pero una palabra puede herir más que una bofetada, hacer más daño que el físico, y dejar cicatrices que tardan mucho más en curarse que las de nuestro cuerpo.
Muchos no se dan cuenta del verdadero poder que tienen las palabras, y las usan sin cuidado y sin preocuparse.
En este artículo veremos el gran poder que tienen las palabras, tanto para desencadenar grandes bendiciones como para todo lo contrario.

INTRODUCCIÓN
Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo” Santiago 3:2
Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; Mas la lengua de los sabios es medicina.” Proverbios 12:18
Ya lo decía el sabio salomón, hace más de 3.000 años, y Santiago hace 2.000 y es que el poder de las palabras es un tema que no es nuevo.
Las palabras pueden destruir una amistad, una pareja, o también pueden reconfortar y alentar a quien lo necesite. Debemos tener cuidado de cómo las usamos, porque gracias a ellas podemos ser de gran bendición, para otras personas.
Vamos a hacer un estudio del poder de las palabras y sus efectos desde tres puntos de vista diferentes:

EFECTO DE LAS PALABRAS SOBRE LOS OYENTES
Cuando decimos algo incorrecto a una persona, o nos burlamos de alguien, esto ejerce un efecto negativo sobre esa persona, pero además sobre los demás oyentes.
Dependiendo de la influencia que la persona agresora tenga en el grupo, podrá conseguir también que todos los que le rodean terminen pensando lo mismo, y al mismo tiempo que ellos también se burlen de esa persona.
Pongamos como ejemplo el Sarcasmo. Este es, en muchos casos una forma sutil de agresividad. Si se usa de forma incorrecta, está pensado para menospreciar y herir al receptor, por lo general delante de los demás, de forma que la opinión del agresor quede confirmada por la risa de todos los demás.
Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo” Santiago 3:2
Las palabras que oímos una y otra vez dejan huella en nuestros pensamientos, nos bajan la autoestima, hace que nos creamos aquello que nos dicen y actuemos inconscientemente de esa manera, para bien o para mal.
"Por tu influencia inconsciente pueden los demás ser alentados y fortalecidos, o desanimados y apartados de Cristo y de la verdad."
Sin embargo, las palabras de ánimos y reconocimiento de los talentos, refuerza la conducta, anima, y sube la autoestima.
Pongamos como ejemplo el siguiente:
  • Juan está aprendiendo a tocar la guitarra. María le dice a Juan que tiene un don para la música, que va progresando y que no se desanime.
  • La autoestima de Juan subirá notablemente, y se sentirá animado.
  • Dado que su esfuerzo es valorado por sus amigos y la gente que le importa, seguirá practicando hasta ser realmente bueno.
"Hay quienes tienen excelentes facultades pero se han detenido y no progresan porque no saben que las tienen. debemos actuar como espejo con nuestros amigos."
“Asi también la lengua es una parte muy pequeña del cuerpo, pero puede hacer grandes cosas. He aquí, cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!” Santiago 3:5

EFECTO DE LAS PALABRAS SOBRE NOSOTROS MISMOS (Boomerang)
Aunque no lo parezca, nuestras palabras ejercen un efecto positivo o negativo sobre nosotros mismos.
Para ver este efecto, mostraremos algunos ejemplos:
  • Habiendo expresado una vez una opinión o decisión, con frecuencia muchos son demasiado orgullosos para retractarse, y tratan de demostrar que tienen razón, hasta el punto de que llegan a creer que realmente la posición erronea que defienden.
  • Con frecuencia el hablar mal de una persona, nos induce a pensar que los demás hablan mal de nosotros, y nos volvemos desconfiados.
  • Hablar mal de una persona nos hace verla desde un "prisma". En concreto, no veremos nada bueno de lo que esa persona haga, sino que solo veremos sus cosas malas, lo cual servirá para reafirmar nuestra postura.
Estos son algunos ejemplos de cómo nuestras propias palabras influyen en como vemos a los demás.
Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas” Tito 1:15
El malo está atento al labio inicuo; Y el mentiroso escucha la lengua que critica.” Proverbios 17:4

CONCLUSIÓN
La Biblia es muy clara cuando nos habla de nuestras palabras.
"Presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras;  en la enseñanza mostrando integridad,  seriedad, palabra sana e irreprochable,  de modo que el adversario se avergüence,  y no tenga nada malo que decir de vosotros." Tito 2:7-8
Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes” Efesios 4:29

Autor: Carol Aguirre

...LEER MAS...

jueves, 1 de diciembre de 2011

Cómo vencer la tentación

A veces puedes sentir que una tentación es demasiado insoportable, pero eso es una mentira de Satanás.
Dios ha prometido que nunca permitirá que haya más sobre ti que lo que te pone dentro para vencerla.
Él no te permitirá ninguna tentación que no puedas superar.
Sin embargo, también debes hacer tu parte practicando ciertas claves bíblicas para derrotar la tentación, una de ellas es concentrar tu atención en algo diferente.


Te sorprenderá saber que en ninguna parte de se nos dice que debemos “resistir la tentación”. Se nos dice que “resistamos al diablo (Santiago 4:7), pero eso es muy distinto. En cambio, se nos aconseja que volvamos a enfocar nuestra atención porque resistir un pensamiento no resulta. Sólo intensifica nuestro enfoque en lo malo y fortalece su fascinación.
Permíteme explicarte:
Cada vez que intentas bloquear un pensamiento en tu mente, lo grabas más profundo en tu memoria. Cuando lo resistes, en realidad lo refuerzas. Esto resulta especialmente cierto en el caso de la tentación. No la derrotas luchando contra los sentimientos que te produce. Cuanto más luchas contra un sentimiento, tanto más te consume y controla. Realmente lo fortaleces cada vez que piensas en él.
Dado que la tentación siempre empieza con un pensamiento, la manera más rápida para neutralizar su fascinación es concentrarte en otra cosa. No luches contra ese pensamiento, simplemente cambia el cauce de tu mente y procura interesarte en otra idea. Este es el primer paso para derrotar la tentación.
La batalla contra el pecado se gana o se pierde en la mente.
Cualquier cosa que atrape tu atención te atrapará a ti. Por eso Job dijo: “Hice un pacto con mis ojos para no mirar con lujuria a ninguna mujer joven”, Job 31:1. Y el salmista oró: “Guárdame de prestar atención a lo que no tiene valor”, Salmos 119:3.
¿Alguna vez viste un anuncio comercial en la televisión promocionando una comida y de repente sentiste hambre? ¿Has oído toser a una persona alguna vez e inmediatamente sientes la necesidad de aclarar la garganta? ¿Alguna vez viste a una persona abriendo la boca en un gran bostezo y enseguida sentiste ganas de bostezar también? (¡Es posible que estés bostezando ahora mismo mientras estás leyendo esto!) Ese es el poder de la sugestión. En forma natural nos acercamos a cualquier cosa en la que nos concentremos. Cuanto más pienses en algo, tanto más fuerte te retendrá.
Por esa razón la repetición de “Debo dejar de comer demasiado… o dejar de fumar… o dejar la lujuria” es una estrategia de derrota. Te mantiene enfocado en lo que no quieres. Es como si anunciaras: “Yo nunca voy a hacer lo que hizo mi madre”. Te estás preparando para repetirlo.
La mayoría de las dietas no resultan porque lo mantienen a uno pensando en la comida todo el tiempo, garantizando que tendremos hambre. Del mismo modo, un orador que se repite a sí mismo todo el tiempo: “¡No te pongas nervioso!” ¡Se prepara para ponerse nervioso! En cambio debería concentrarse en cualquier otra cosa excepto en sus sentimientos: en Dios, en la importancia de su discurso o en las necesidades de sus oyentes.
La tentación empieza por captar tu atención. Lo que capta tu atención estimula tu deseo. Después tus deseos activan tu conducta, y actúas con base en lo que sentiste. Cuanto más te concentres en “No quiero hacer esto”, tanto más fuerte te atraerá hacia su red.
Hacer caso omiso de una tentación es más eficaz que luchar contra ella. En cuanto tu mente está en otra cosa, la tentación pierde su poder. Así que, cuando la tentación te llame por teléfono, no discutas con ella, ¡simplemente cuelga!
A veces esto significa dejar físicamente una situación tentadora. Hay ocasiones en que lo correcto es huir. Levántate y apaga la televisión. Aléjate de un grupo que está contando chismes. Abandona el cine en medio de la película. Para que las abejas no te piquen, quédate lejos del enjambre. Haz lo que sea necesario para
concentrarte en otra cosa.

Desde el punto de vista espiritual, nuestra mente es el órgano más vulnerable. Para reducir la tentación, mantén tu mente ocupada con Dios y otros pensamientos buenos. Los pensamientos malos se derrotan pensando en algo mejor. Este es el principio del reemplazo. Vence el mal con el bien (Romanos 12:21).
Satanás no puede llamarnos la atención cuando nuestra mente está preocupada con otra cosa. Por eso nos aconseja repetidas veces que mantengamos nuestras mentes enfocadas: “Consideren a Jesús”, Hebreos 3:1. “Siempre piensen en Jesucristo”, 2 Timoteo 2:8. “Llenen sus mentes de las cosas que son buenas y que merecen alabanza: cosas que son verdaderas, nobles, correctas, puras, encantadoras, y honorables”, Filipenses 4:8.
Si realmente quieres derrotar la tentación, debes organizar tu mente y monitorear tu consumo de los medios de información.
El hombre más sabio que haya vivido jamás, advirtió: “Ten cuidado cómo piensas; tu vida está moldeada por tus pensamientos”, Proverbios 4:23. No permitas que la basura entre a tu mente indiscriminadadmente. Sé selectivo.
Escoge con cuidado en qué cosas vas a pensar. Sigue el modelo de Pablo: “Llevamos cautivo todo pensamiento y hacemos que se rinda y obedezca a Cristo” 2 Corintios 10:5. Esto requiere una vida práctica, pero con la ayuda del Espíritu Santo puedes reprogramar tu manera de pensar.


Fuente: http://www.jovenes-cristianos.com

...LEER MAS...