En los años 50 y 60 las superproducciones bíblicas fueron una fórmula de éxito para la industria cinematográfica que veía con recelo la llegada del televisor a cada hogar estadounidense. A través del Cinemascope supieron explotar las cualidades técnicas de su tiempo acompañando historias épicas.
Para ello, no dudaron en acudir a historias bíblicas, como Los Diez Mandamientos , o narraciones de época, como Ben Hur o Cleopatra . Entonces la épica y la espectacularidad consiguió buenos resultados en taquilla. Los productores sueñan con repetir los mismos éxitos de hace casi 50 años buscando inspiración en historias conocidas pero con un potencial narrativo que todavía esperan explotar.
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